Aprende a conocer los tipos de tintes, sus tonos y cuidados para elegir el color de cabello perfecto según tu estilo y personalidad.
El color del pelo puede transformar por completo la apariencia, el estado de ánimo y hasta la seguridad que le muestras a los demás. Sin embargo, entre la variedad de opciones disponibles como: permanentes, semipermanentes, transitorias, sin amoníaco, vegetales o naturales; sabemos que conocer qué tinte usar para tu cabello puede generar confusión. Para empezar debes saber que cada tipo de tinte funciona de manera distinta, ofrece resultados específicos y se adapta mejor a ciertas necesidades o estilos de vida.
Antes de elegir un tinte para cabello, es esencial conocer cómo actúa cada fórmula sobre la fibra capilar, cuánto dura su efecto y qué tan agresiva puede ser según su composición. En esta guía, te explicamos los principales tipos de coloraciones para cabello, cómo se comportan en distintos tipos de pelo, sus ventajas y cómo aplicarlos correctamente para lograr un color vibrante, duradero y saludable.
Cambiar el color del cabello puede ser una cuestión estética, pero también una manera de expresión. Desde los tonos naturales hasta los tonos fantasía, la coloración es una herramienta ideal para reflejar personalidad y estilo. Sin embargo, no todos los tipos de tintes ofrecen el mismo nivel de cobertura, duración ni tratamiento sobre la fibra capilar. Entender estas diferencias es clave para tomar decisiones informadas y cuidar la salud de tu pelo en cada aplicación.
Tipos de tintes para el cabello y cómo funcionan
Entre la gran variedad que hay, la elección del tinte depende de lo que deseas, cobertura total; un cambio temporal; realzar tu tono natural o cuidar el cabello mientras lo tiñes. Los tintes actúan de diferentes maneras sobre la cutícula y la corteza del cabello, asimismo, los resultados pueden variar según la intensidad de sus pigmentos y la presencia de agentes químicos como el amoníaco o el peróxido.
Por ejemplo, la coloración permanente penetra profundamente en la fibra, por lo que cambia el color de forma duradera; mientras, por otro lado, la semipermanente aporta brillo y matices sin alterar la estructura del cabello. Otra opción son las coloraciones transitorias, que ofrecen una opción práctica para quienes quieren experimentar sin comprometerse de manera permanente con un color. A continuación, te explicamos cómo funciona cada tipo y cuándo conviene utilizarlos.
Coloración permanente: (cobertura total y cambios duraderos): el tinte permanente es la opción ideal para quienes buscan una transformación completa o cubrir canas de manera eficaz. Gracias a su contenido de amoníaco o sus derivados, abre la cutícula con la finalidad de permitir que los pigmentos penetren en el interior de la fibra capilar. Gracias a este proceso, el color se fija profundamente y resiste lavados, calor y exposición solar durante varias semanas.
De acuerdo con expertos en coloración, este tipo de tinte requiere mantenimiento cada 4 a 6 semanas para retocar raíces y mantener la uniformidad del color. Es una buena alternativa para tonos intensos o para aclarar varios niveles del tono natural, siempre que se complemente con un tratamiento para el cabello que restaure la hidratación y el brillo.
Coloración semipermanente: (brillo y color sin compromiso): la coloración semipermanente no contiene amoníaco ni peróxido, por lo que actúa solo sobre la superficie del cabello, sin alterar su estructura. Este tipo de tinte es ideal para quienes desean darle un baño de color a su pelo, realzar reflejos naturales o mantener un tono entre coloraciones permanentes.
Debido a que este proceso no penetra en la fibra, se va eliminando progresivamente con los lavados, usualmente después de 6 a 10, aunque deja un acabado natural y un cabello más suave. Además, muchos tintes semipermanentes incluyen ingredientes acondicionadores o aceites vegetales que mejoran la textura y aportan brillo inmediato.
Coloración transitoria (un cambio rápido y temporal): si lo que buscas es experimentar con tonos vibrantes o eventuales sin alterar tu color base, la coloración transitoria es la opción ideal. Se presenta en formatos como espumas, sprays o mascarillas colorantes que desaparecen tras uno o dos lavados.
Este tipo de coloración es ideal para quienes desean probar un nuevo estilo antes de comprometerse con un cambio duradero, o simplemente para ocasiones especiales. No requiere procesos químicos ni exposición prolongada, por lo que no daña la fibra y puede aplicarse con facilidad desde la comodidad de tu casa.
Tintes sin amoníaco y vegetales: opciones más suaves para tu cabello
Con el auge que han tomado los productos más naturales y respetuosos con la salud capilar, los tintes para cabello sin amoníaco y de origen vegetal se han convertido en favoritos de muchos. Estas alternativas buscan mantener el color sin comprometer la integridad de la fibra ni alterar el equilibrio del cuero cabelludo.
Los tintes sin amoníaco sustituyen este componente por agentes alcalinos más suaves, como la monoetanolamina (MEA), que permite abrir la cutícula sin causar tanta agresión. Son ideales para quienes tienen el cuero cabelludo sensible o desean mantener tu pelo hidratado y sedosa tras la coloración.
Por su parte, los tintes naturales para el cabello, como los de henna o índigo, aportan color de forma progresiva y fortalecen la fibra gracias a sus pigmentos vegetales. Aunque no ofrecen una cobertura total de canas ni cambios drásticos de tono, sí proporcionan un aspecto saludable y brillante, mejorando la textura del cabello con cada aplicación.
¿Qué tipo de tinte elegir según tu necesidad?
La elección del tinte perfecto depende del resultado que busques y del estado actual de tu cabellera. Si necesitas cubrir canas o realizar un cambio permanente, la coloración con amoníaco puede ser tu mejor opción, siempre que se acompañe de una rutina nutritiva que repare la fibra tras el proceso.
En cambio, si prefieres mantener tu tono natural con un toque de brillo o probar colores de temporada, los tintes semipermanentes y transitorios te ofrecen la flexibilidad ideal. Para cabellos sensibilizados, teñidos o con tratamientos previos, optar por un tinte para cabello sin amoníaco o vegetal te permitirá mantener la coloración sin comprometer su salud.
Sea cual sea la elección, es importante saber cómo aplicar un tinte de pelo correctamente: inicia con realizar una prueba de alergia, dividir tu cabello por secciones y dejar actuar el producto todo el tiempo indicado por el fabricante del producto que hayas escogido. Esto garantiza un resultado uniforme y duradero, sin poner en riesgo la estructura capilar.
Teñir el cabello es una forma de renovación, pero hacerlo con conocimiento marca la diferencia entre un color que dura y uno que daña. Comprender las características, ventajas y limitaciones de cada tipo de tinte te ayudará a encontrar la opción que mejor se adapte a tus metas estéticas y al bienestar de tu pelo.
En Thyms, entendemos que cada cabello tiene su propio ritmo y necesidad. Por eso, contamos con tratamientos capilares diseñados para proteger y mantener el color, asegurando que tu cabellera luzca vibrante, fuerte y saludable tras cada proceso de coloración.
Nota tomada de: Thyms - Tintes y tratamientos para el cabello

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